Muy buenas a todos.
Ya hace unos días que no posteo nada, es que esta calor me da mucha flojera.
Bueno, hoy vamos ha hablar de la primera parada que hice en el crucero que os comenté en la anterior entrada, Rostock, al norte de Alemania.
Rostock está a pocos kilómetros de la costa del Báltico, en concreto donde nos dejó el barco fue en Warnemünde que es una pequeña ciudad muy famosa por sus balnearios y por sus playas, aunque la verdad, no las pisé pues ni son como nuestras playas de Cádiz, ni el tiempo estaba para baños y mira que estábamos en Agosto, pero allí ni pa eso hacía calor. En fin, que estuvimos visitando la ciudad de Rostock tras llegar en un cercanías donde todo el mundo paga, pero el revisor no aparece pues se presupone la buena fe de las persona, ¿pasaría lo mismo en España?.
En el poco tiempo que estuvimos , visitamos la zona céntrica de la ciudad, muy cercana a la estación de tren desde donde se puede coger un alta velocidad hacia Berlín. De la ciudad quiero destacar la iglesia de Santa María que tiene uno de los relojes astronómicos más antiguos al norte de Europa, la universidad de la ciudad, una de las primeras de Alemania y la calle comercial, muy pintoresca. A parte de esto, la recuerdo muy bien por varios motivos, y es que yo, como soy muy listo, el día anterior me puse en el barco a tomar el sol mientras leía, pero no os imaginéis la estampa típica tomando el sol en la piscina, tumbado en una hamaca, sino que estaba en una hamaca, eso sí, con el polar y una manta encima (en lugar de dar toallas daban mantas de cuadros, muy fuerte) y claro con el fresquito de alta mar, no me daba cuenta que el sol sólo me daba en el lado derecho de la cara y se me estaba achicharrando. Imaginadme por la noche en la cena con media cara blanca y la otra mitad roja como un tomate. Pues con estas me puse a buscar por
Rostock algún sitio donde vendiesen after sun o aloe vera y al final acabé por encontrar un Yves-Rocher que fue mi salvación.
Pero no todo fue malo, pues ¿que hay mejor en Alemania que una fabulosa e increíble pinta de cerveza de trigo?, mmmm que rica. Antes de salir de Rostock fuimos a dar una vuelta por el paseo junto al río Warnow y encontramos una taberna-bar, no se como lo llamarán allí, en donde nos encontramos a un Cubano, gracias a Dios, que nos hizo el favor de pedirnos, pues como que alemán aun no domino. El sitio se llamaba Zum altem Fritz y destilan su propia cerveza ... estaba impresionante, no las ponen muy fría, pero ni falta que hace.
Con esto acabamos con Rostcok, el próximo día viajaremos a Estocolmo.
Un saludo a todos.
Un saludo a todos.
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